Este verano ha sido revolucionario des de que ha salido la nueva app Pokémon-Go. La nueva app ha cautivado a millones de jóvenes por todo el mundo que pasan tardes enteras intentando cazar a estas extrañas criaturas ficticias. Otras de las funciones de la app es poderlos entrenar, hacerlos más fuertes y competir con otros usuarios y sus pokémons.
Es un juego con la iniciativa de hacer caminar más a los jóvenes, una buena iniciativa, según mi opinión. Lo mejor de todo es que lo ha conseguido, con tanto éxito que algunos caminan hasta ocho horas al día. Además la app reúne viejos amigos y forja nuevas amistades.
Sin embargo, ha causado grandes colapsos, sobre todo por las calles de New York. Ha habido usuarios que han entrado en viviendas o en la sede de policía, y los mozos encontraron dos personas en un túnel para coches cazando pokémons poniendo en peligro su vida. Eso no es nada bueno, porque la policía tiene que trabajar más y mucha gente no mira por dónde va o qué hacen.
La fiebre pokémon ha contagiado a mucha gente de todo el mundo haciéndoles pasar grandes tardes caminando, pero, ¿sabe todo el mundo que si no van con cuidado podrían tener serios problemas?
